No saber el por que?, pero sabiendo porqué > 11/01 a las 19h

Si partimos de la concepción del artista como ser constantemente desplazado, que se nutre de un pensamiento acumulativo. Podemos considerar el proceso creativo, como una exploración con capacidad de generar configuraciones, que propicien estados de reflexión, pensamiento, perplejidad e incluso ironía, frente el contexto y las circumstáncias del momento.

“¿Y si el arte político habitara lugares inesperados, camuflados para las miradas convencionales? ¿Y si la radicalidad residiera justo en la constante oposición al discurso establecido?”Estrella de Diego. Otra forma de ser políticos. Articulo sobre Mario Pedrosa. De la naturaleza afectiva de la forma. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Madrid.

Aplicando el comentario de Estrella de Diego, me atrevo a decir que: La extraordinaria capacidad del artista visual hoy, es la de fijar la mirada en Esta, constituye el verdadero compromiso (político, social o de pensamiento) el de tener en cuenta la pluralidad y desafiar soluciones unívocas o bien, espejismos objetivos.

A tal efecto, el proceso personal se configura con acciones que tienen relación con conceptos i/o actuaciones, que frecuentemente aparecen en el contexto cotidiano:

1.- Actuaciones difusas o de baja visibilidad

2.- Actuaciones transgresoras o re-afirmadoras del límite

3.- Actuaciones inconclusas o de desplazamiento

4.- Actuaciones fragmentarias o de segregación

5.- Actuaciones de tanteo o de probabilidad

6.- Actuaciones de tensión en el espacio de actuación

7.- Actuaciones contingentes, de apilamiento o azarosamente imprevistas

En estas actuaciones, prevalece la voluntad de no generar ningún espejismo en el espectador, que pudiese dar a entender que se encuentra frente a una pintura geométrica –el hecho de contener formas aparentemente geométricas, no la constituye, en formalmente geométrica- Las acciones apuntadas anteriormente, parecen en principio, contrarias (o no adecuadas), a conceptos establecidos, pero de modo paradójico, son adoptadas y practicadas en los ámbitos políticos, económicos, legislativos e incluso académicos.

Estas (actuaciones), aplicadas al proceso creativo, exploran en su realización, elementos visibles que evidencien una ausencia de idealismo de cualquier tipo y sitúen al espectador frente a la posibilidad de poder realizar el tránsito entre, conceptos –establecidos como positivos-  tales como racionalidad, certidumbre, seguridad, fortaleza, prevención, previsión, estructuración, unicidad etc. o bien, conceptos como los que muestran las mencionadas actuaciones, más relacionados a la irracionalidad, incertidumbre, precariedad, fragilidad, accidente, azar desestructuración, fragmentación, etc. considerados frecuentemente, no tan positivos, pero, sí, poseedores de un gran potencial transformador, por lo que tienen de imprevisto en los resultados.

“Nuestra racionalidad es imperfecta, sobre el yo consciente se apelotonan alteraciones cognitivas influidas por las emociones, pero también por la saturación de las percepciones (…) Hemos descentrado al sujeto soberano (…) hay que sumergirse en la búsqueda prudente de soluciones imperfectas.” Manuel Arias Maldonado. La democracia sentimental.

A pesar de tener la conciencia de “no consecución perfecta”, hay la voluntad de profundizar en lo contingente e imprevisible (parafraseando a Marin Kippenberger: No saber el por qué?, pero saber el porqué…) a fin de seguir la exploración del entorno cambiante en el que estamos inmersos, he aquí les obras que se presentan

Olesa de Montserrat 12 diciembre de 2017

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